miércoles, 18 de enero de 2012

LA INCINERADORA DO IRIXO EN OURENSE DESTRUIRA CIENTOS DE PUESTOS DE TRABAJO





Fins Eirexas - Secretario ejecutivo de Adega
"La incineradora destruirá cientos de puestos de trabajo tradicionales"
"La decisión depende de los vecinos; del modelo de vida que quieran para sus hijos"

No tiene nada claro que las movilizaciones vecinales y de colectivos puedan parar el proceso de implantación de la planta incineradora de residuos del sur de Galicia en O Irixo. Por una parte, parece que la balanza se inclina hacia la posibilidad de que la administración escuche a los afectados, como ocurrió con la celulosa que se quiso crear en Ourense y la central nuclear de Xove, en pleno franquismo, o el parque de reciclaje de residuos en O Ribeiro y A Limia. Pero por la otra, como la realidad es tozuda, no se puede obviar que la planta de Sogama se ubicó en Cerceda, a pesar de la resistencia y de las movilizaciones que realizaron numerosos vecinos y colectivos.

–¿Qué tarjeta de presentación se le puede atribuir a la incineradora de O Irixo?

–Además de generar un problema ecológico, va a dañar los pilares del modelo de vida de la población de la comarca de O Carballiño, como el termalismo, la agricultura ecológica que realiza la cooperativa Loureiro y a varias explotaciones de razas en peligro de extinción. Este modelo de vida es incompatible con la planta de basura. La incineradora es una fábrica de veneno, así de claro. Emite veneno gaseoso, como dioxinas y furanos, tóxicos persistentes acumulativos, con demostrado origen cancerígeno; residuos sólidos, como cenizas tóxicas que tienen que ser tratados como residuos nucleares, en vertederos de alta seguridad; y líquidos con alto nivel de metales pesados, que hay que tratar adecuadamente en una depuradora, a pesar de que en el caso de Sogama se acaban marchando por el río abajo en muchas ocasiones. Por todas estas razones, la incineradora es incompatible con las actividades que se basan en la buena calidad del medio, como la agricultura y ganadería ecológicas: productos de calidad, basados en una tierra limpia y el buen estado del medio.

–El alcalde defiende la incineradora, como salida laboral.

–Creará empleo, pero va a destruir cientos de puestos de trabajo de mayor calidad, al arruinar las perspectivas de futuro en los sectores tradicionales de la comarca de O Carballiño. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Pero además, con el sistema actual los operarios trabajan con los pies en la tierra, con productos sanos, y los de la incineradora lo harán con mascarilla, metiendo la mano en residuos tóxicos y molestos. Eso va a depender de los vecinos. Si llegan a la conclusión de que ese es el modelo de vida que quieren para sus hijos, o apuestan por otro tipo de alternativas, donde puedan continuar desarrollando los sectores productivos que heredaron de sus antepasados, mediante una actualización.

–¿Cómo alternativa está el modelo de la planta de reciclaje de Zaragoza?

–No hace falta salir de Galicia, donde tenemos la planta de Nostián en A Coruña, pero sobre todo la planta de la comunidad del Barbanza, que trabaja justamente en la línea contraria a Sogama. En lugar de quemar la basura la separa, para someterla a reciclaje y producir un abono orgánico de calidad, que retorna de nuevo a la tierra. De esta forma, se puede contribuir a la fertilización de los campos y del monte, tan castigados por los incendios forestales. Debe quedar claro que la incineración es un modelo político, no responde a criterios técnicos ni a directrices europeas que digan que tiene que ser así. El problema es que la incineración tiene valedores políticos en este país. El modelo alternativo pasa por la reducción de basura, la reutilización y el compostaje. Hay que contemplar la basura como un recurso.

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